Desastre de carrera

Esta mañana, algo antes de las siete y media salí a correr, camino habitual del río, unos seis kilómetros escasos.

Creía que después de haber visto correr a Marta Domínguez en la Plaza de Cervantes, ya me había entrenado lo suficiente para correr con soltura, pero está claro que ver correr a alguien no sirve de nada, igual que no vale como deporte ver el futbol tumbado en el sillón, con una cervezita.

Ayer, además, estuve en casa castigado pintando puertas y tanto agacharme al bote de pintura y levantarme me ha dejado unas "agujetillas" curiosas.

Total, que salí a correr y ya desde el principio me sentí cansado. A pesar del ritmo lento lento -tardé 32'47" en hacer los seis kilómetros-, las pulsaciones casi todo el tiempo por encima de 160 y resoplando todo el camino. Parece mentira que antes de ayer hiciera el mismo camino con tanta soltura. Lo que hace el ir pensando en otra cosa...

Lo mejor de todo fueron los charcos. Con la lluvia de estos días atrás, el camino del rio tenía señores charcos. Incluso varios patos se confundieron y nadaban tranquilamente en medio del camino, en vez de nadar por el rio.

Luego mis estiramientos habituales en la plaza de la Juventud, esta vez más concentrado que el otro día. Y luego el periódico y el desayuno. Esta vez no hice mi paseo largo porque tenía que volver pronto a casa.

Marta Dominguez y Mayte Martinez

Ayer por la tarde, de paseo por la Plaza de Cervantes, me encontré con que estaban celebrando la "milla urbana". Cuando llegué estaban corriendo los peques, unas niñas de alrededor de 10 años o un poco más.

Dando una vuelta, por ver cómo iba la cosa, veo a una rubia que se estaba haciendo fotos con una chica. Me quedo mirando y me daba la impresión de que era Marta Dominguez.

Efectivamente, ella y Mayte Martinez (a la que no conocí hasta que alguien la mencionó), estaban allí, esperando para la carrera, haciéndose fotos con todos los que se lo pedían. Pobrecillas, supongo que ya tienen callo en aguantar fans.

En cuanto a hombres, también había unos cuantos conocidos. Lo que pasa es que yo soy muy bruto para las caras y salvo al Reyes Estevez por su "calva rubia" y quizás a el guerrouj, que no estaban, creo que soy incapaz de quedarme con la cara de ninguno de ellos y reconocerlo luego por la calle.

En fin, la carrera femenina la ganó Mayte Martinez, seguida de Marta Dominguez y de tercera una tal Elena García que también es de las buenas, pero no me suena de nada.

En cuanto a hombres, primero Arturo Casado, segundo Jose Antonio Redolat, tercero Victor Seco y cuarto Alberto García.

15 días sin correr

Esta mañana hacía buen tiempo y conseguí deshacerme de la pereza. Apliqué el "just do it" de Nike, y según me levanté, me puse las zapatillas de correr y a correr.

Salí sobre las siete y media. Hice el recorrido hacia la plaza de la Juventud, Avenida Virgen del Val, calle Cuenca y camino del rio hasta la plaza de la Juventud ... creo.

Digo "creo" porque nada más salir de casa me puse a pensar en el trabajo, una tarea interesante y que no consigo quitarme de la cabeza para ver cómo hacerla mejor. El caso es que empecé a correr y cuando me dí cuenta estaba en la cafetería desayunando. Durante los estiramientos, a pesar de que es la misma tabla que hago desde años, se me pasaron la mitad, me olvidé de parar el cronómetro, me olvidé de leer el periódico, no miré en absoluto el pulsómetro en toda la carrera ... vaya, un despiste total.

Cuando me puse a desayunar, tampoco leí el periódico -que cogí de la misma cafetería-. Me dediqué a pasar páginas sin darme cuenta en absoluto de lo que leía. Soy totalmente incapaz ahora de recordar ni una sola noticia que haya "leído".

Luego hice el paseo hasta el parque O'Donell y vuelta... creo.

Serpiente multicolor

Esta mañana quedamos Pablo, Rubén, Chema y yo para salir con la bici, a las ocho en la cafetería habitual.

Decidimos ir a Guadalajara, puesto que parece que teníamos tiempo y que Pablo no conocía la ruta, así que a ello.

La ida fue bastante durilla. Por un lado nos dio por tirar, picándonos un poco en plan de cachondeo los unos con los otros. El camino aunque llano, es ligera pendiente de subida y el viento en contra. Llegamos a Guadalajara hechos polvo.

Un buen bocata de bacon nos hizo recuperar fuerzas.

A la vuelta, cada uno nos la tomamos de una manera distinta, unos tranquilos, otros tirando un poco más. Al final conseguimos, igual que una vuelta ciclista de verdad, formar un pelotón "serpiente multicolor" de más de doscientos metros de largo ... bueno, no era muy multicolor, ya que somos demasiado sosos y vamos todos de colores oscuros, pero si formamos un pelotón de doscientos metros de largo ... bueno, en realidad sólo eramos cuatro, pero como el primero iba cincuenta metros por delante del segundo, y este a cincuenta metros del tercero y el último a cincuenta metros por detrás, pues eso, doscientos metros de ciclistas.

Llegamos a Alcalá sobre las doce, cuatro horas después, cincuenta kilómetros y un bocata cuestas. Cervecita de despedida y pa casa.

Ruta de los pueblos

Esta vez quedé sólo con Rubén. Chema trabajaba y Pablo se arregló para buscarse un compromiso el Domingo por la mañana ... ;-)

Pensamos si ir a los Santos, Anchuelo y bajada por el parque natural, o bien Azuqueca, Alovera, Quer, Villanueva, Meco y Alcalá. Al final nos decidimos por esta segunda, ya que después de Anchuelo, justo antes de llegar al parque natural, suele haber una zona con mucho barro cuando llueve. Es barro de ese pegajoso, que sube con la rueda al girar y se acumula en los frenos, dejando ahí un "mazacote" que al final impide que la bici ande, ni para alante, ni para atrás. No es la primera vez que al llegar e este sitio me tengo que apear y dar la vuelta.

Así que el camino de los pueblos: Azuqueca, Alovera con bacon incluido, Quer, Villanueva y Meco. De Meco hacia Alcalá, por el camino, fue una pequeña odisea. El camino es malo de por sí, pero con el barro es peor. Algunos resbalones sin consecuencias después, llegamos a Alcalá. La bici se adivinaba debajo del barro y a nosotros también.

A ver si para la siguiente ya hace un tiempo decente...

Primer día sin lluvias

Después de una Semana Santa lluviosa y una semana después de la Semana Santa también lluviosa, hoy por fin ha amanecido bastante despejdado.

Después de dos semanas sin hacer prácticamente nada, esta mañana he salido sobre las ocho menos cuarto a correr. Hice mi antiguo recorrido por los chalets del Val, un total de unos cinco km en 27 minutos. No me he sentido especialmente cansado, pero tampoco andaba para muchas alegrías. Las pulsaciones entre 150 y 160.

Luego, en el parque de los bomberos unos estiramientos. Desayunar y un paseo, caminando, hasta el parque O'Donell, ida y vuelta.

Mañana veremos como se tercia para ir o no en bicicleta. Debe estar todo embarrado...

Tiempo inestable

Esta mañana no llovía, sólo tiempo inestable. Salí a correr sobre las ocho y como todo tiempo inestable que se precie, empezó a llover justo cuando pisé la calle.

Empecé a correr y cuanto más corría, más llovía. A los ocho minutos decidí dejarlo para no empapucharme y fue parar y dejar de llover. No se puede luchar contra las inclemencias del tiempo, así que al periódico y a desayunar.

La cruda realidad es que no llovía tanto, pero tampoco me apetecía demasiado la carrera. Durante esos ocho minutos me fuí obligando a correr y no dejarlo, ya que la lluvia era fina y no molestaba en exceso.

El paseo matutino también corto, por la lluvia y el frio. Sólo hasta la Plaza de Cervantes.

Jueves Santo

Después de lo que va de semana Santa, que no llovía pero el tiempo era inestable -básicamente, está encapotado. Si sales a correr llueve, si no sales, no llueve. Si llevas paraguas no llueve, si lavas el coche sí llueve...-. Hoy, por fin, parece que amanece claro y sobre las ocho he salido a correr.

He hecho mi recorrido habitual de los chalets. Habitual porque es el que hacía antes, últimamente hago el del camino del rio, pero como ha llovido y supongo que había mucho charco y pretendía correr -lo de nadar no se me da bien-, pues volví a mi antiguo camino entre los chalets del Val.

En total, unos cinco km en 27'21", ritmo muy lento, pulsaciones a tope. Se nota la semana y media de inactividad.

Después de los estiramientos y el desayuno con periódico, un paseo más o menos largo, hasta el parque O'Donell y vuelta. Últimamente lo he tomado como costumbre.