Nieve y barro

Esta mañana quedamos Rubén y yo a las ocho, en la cafetería habitual. Por no darnos mucha paliza tiramos hacia Valdeavero.

La ida empezó más o menos bien, con muchos charcos helados con los que había que tener cuidado y el terreno aparentemente mojado, pero duro.

Al salir de Meco por el camino a Valdeavero, empezamos a encontrar nieve, sólo en el camino, para fastidiar, y cada vez más profunda. Afortunadamente, algún coche había pasado y dejaba la "rodada" sin nieve, con hielo en el fondo. El hilo se rompía, por lo que se podía ir bastante bien. En esto, uno de un par de ciclistas que iba delante nuestro encontró un trozo de hielo más espeso y cayó al suelo, torciéndose un tobillo. Allí estuvimos un rato con ellos hasta ver que se podía levantar y seguir camino.

En la parte alta de Valdeavero, decimos bajar dirección Villanueva. De ese camino de bajada es la primera foto. Tuvimos que hacer trozos a pie, puesto que la bici se clavaba en la nieve, ya bastante dura, y era imposible moverla pedaleando.

Terminados los tramos de nieve, el hielo se había derretido a esas hora de la mañana, así que los charcos empezaron a ser charcos y la tierra helada se convirtió en barro. El tramo desde Meco hacia Alcalá era un barrizal en el que tuvimos que apearnos y empujar con fuerza la bici. El barro sube por la rueda y se acumula en lor frenos, por lo que ni "palante" no "patrás".

Al final, a la gasolinera a remojar las bicis y que no nos echaran la bronca al entrar en casa. Llegamos a la una y cuarto y una velocidad media de asco (no lo pongo, en parte porque me de vergüenza, pero principalmente porque el cuentakilómetros se me reseteo).

Aquí tienes la galería completa de fotos.