Esta sábado salí a correr sobre las ocho de la mañana. Puesto que el fin de semana anterior cambié las pilas del pulsómetro, qué menos que sacarlo a correr, así que me lo puse.
Fuí por el camino de la esgaravita (o de los afligidos, que no se muy bien cómo se llama) y luego por detrás del Alcampo. Llegando allí, me encontraba bastante bien y animado, así que seguí corriendo por la carretera que lleva al camino de la Magdalena. El ritmo cardíaco, según el pulsómetro, se mantenía entre 150 y 155.
Cuando llegué al sitio en el que la carretera dobla a la derecha y cruza un puente, para subir a los Santos de la Humosa, me metí antes del puente por un caminillo que hay a la derecha. Este caminillo va pegado al rio y lleva hasta el Leroy Merlin, tras unos tres kilómetros de caminillo. Fué meterme en él y se ve que el cambio de clima, al pasar de carretera despejada a caminillo húmedo entre árboles pegado a un rio, afecta a la carrera. No sé si eso o el correr por un terreno más irregular que la carretera. El caso es que las pulsaciones, durante esos tres kilómetros de caminillo, se subieron a unos 155-160.
Al salir en el Leroy Merlin a la pista ancha y blanca que hay pegada al rio, las pulsaciones nuevamete bajaron a 150-155, lo que me confirma que el correr por ese camino, aunque bastante más agradable por el paisaje, es algo más duro.
Cuando me faltaba algo más de un kilómetro para llegar al final del recorrido, me quedaban unos cinco minutos para hacer una hora corriendo. Decidí acelerar, a ver si era capaz de hacer todo el recorrido en menos de una hora. Los primeros quinientos metros finales los hice a un ritmo de pulsaciones de 165. Al terminar esos quinientos metros, me faltaban unos dos minutos para los últimos quinientos metros. Aceleré más, me puse a 170 pulsaciones .... y no lo conseguí. El tiempo total de carrera fué de una hora y veintisiete segundos.
De todas formas estoy satisfecho. Desde que volví de vacaciones, es la primera vez que corro más de seis kilómetros seguidos. De hecho, este recorrido puede tener unos once kiómetros. Eso sí, luego estuve toda la tarde algo resentido de las piernas, porque aunque de respiración durante la carrera lo llevo bien, se ve que son las piernas las que no tienen la costumbre.
09 octubre 2006
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