28 enero 2007

Desperezándose

El sábado pasado me dio pereza ir a correr y el domingo fuí con la bici, así que llevaba dos semanas sin correr. Ayer también me dio pereza, pero hoy he conseguido salir a echar una carrerita.

A las ocho menos cuarto de la mañana el termómetro marcaba -3º, así que abrí el ropero y saqué la "artillería pesada": camiseta de manga larga, gruesa con cuello de cisne, sudadera, forro polar, guantes y las mallas largas y gruesas de correr.

Con todo eso, pasé menos frio del que pensaba. Al principio iba bien, pero al ir calentando empezaron a sobrarme cosas. Abrí el forro polar y me quité los guantes. Lo que tenía frio era en la nariz, pero no había ninguna forma digna de enganchar ahí los guantes.

El recorrido uno de los habituales, en 31 minutos. Las pulsaciones en algún momento se dispararon a 172 por minuto. Se notaban las dos semanas sin correr.

Camino del rio Henares


Luego los cosabidos estiramientos, periódico y desayuno. Por cierto, con tanto forro hay algún estiramiento que es bastante complejo. Intenta pedirle al muñeco de Michelín o a Espinete que se cojan las manos por la espalda, pasando una por el lado de la cabeza y la otra por el lado del riñón.

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