Ayer, por encargo de Chema, me dediqué a buscar en google alguna ruta nueva que no hubieramos hecho previamente. La maldición de las bicis nuevas es que corren más, cuarenta kilómetros se quedan escasos, y nuestras antiguas rutas se nos quedan cortas y se hacen repetitivas. Así que hay que buscar rutas de entre cincuenta y sesenta kilómetros y, puesto que ampliamos distancia, tratando de llegar a sitios nuevos.
Dicho y hecho. Esta mañana quedamos en la cafetería habitual a las ocho, compartiendo experiencias ciclistas con un par de borrachos, que en sus tiempos jovenes decían ser ciclistas y que el padre de uno de ellos había fundado el club iplacea, de Alcalá de Henares.
Salimos sobre las ocho y media dirección al parque natural. La primera sorpresa en la nueva Alcalá. Se han comido un trozo del campo que había ahí para hacer un parking de coches y, por supuesto, no han respetado caminos ni nada, así que con la bici a investigar a ver cómo demonios salíamos de Alcalá en dirección al parque Natural sin tener que dar mucho rodeo.
Subimos el parque natural por el camino de pista ancha con cuestas más duras, acompañados de unos "ñaca-ñaca" y "kataclock-clock" de la bici de Rubén, hasta la barrera de Anchuelo. Ahí, a la derecha, para cruzar la carretera y dirección Villalbilla. Esta vez, perdiéndonos un poco menos, subimos por una carretera nueva muy pendiente (más "ñaca-ñacas-kataclock") que lleva a, cómo no, una mega urbanización nueva en la parte alta. Atravesamos la urbanización y salimos al otro lado por el "camino de corpa". Este camino, según salimos de la urbanización se desvía en dos, hay que coger el de la izquierda, que tiene un poco pero pinta.
El camino nos lleva a la carretera de Corpa, a menos de un kilómetro. La carretera atraviesa una ondonada y tiene un baja y un sube (ñaca-ñaca-kataclock). Damos un paseo por Corpa para ver el pueblo. Bajamos por una calle hasta la plaza principal, hacemos un alto (en el que Rubén revisa su bici) y luego subimos por la misma calle (esta vez, después de la revisión, el ruido es distinto, ahora es cotoclock-ñaca-ñaca).
Cogemos un camino que había nada más entrar en Corpa hacia la izquierda, que es el que nos lleva directamente a la antena de móviles que hay en la parte alta de Anchuelo. Antes de llegar, Chema ve a lo lejos una torre de iglesia y su ánimo explorador nos lleva a desviarnos del camino, hacia la derecha, en dirección a ese nuevo pueblo, que creíamos era Pozo de Guadalajara, pero luego nos informaron era Santorcaz.
Sin embargo, el camino nos lleva dando un rodeo y con una ligera subida (cotoclock-ñaca-ñaca) a la antena de móviles. Desde ahí bajamos a Anchuelo y disfrutamos (Chema y yo) de nuestro merecido montado de bacon. A Rubén le castigamos a revisar su bici.
Desde ahí, la vuelta habitual por el parque natural. Esta vez no hubo más ñaca-ñacas, pero no sabemos si es porque Rubén por fin arregló la bici, o símplemente porque era cuesta abajo. Creo que la tienda "BiciAlcalá" va a tener un nuevo cliente estos días.....
Total, alrededor de cuarenta kilómetros, que si no es mucha distancia, la compensa por la cantidad de sube-ñacas-cotoclock y bajas. Aquí tienes la ruta Alcalá-Villalbilla-Corpa-Anchuelo-Alcalá.
06 abril 2008
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2 comentarios:
Espero que Rubén no consiga arreglar la bici,porque no lo va hacer pagar caro.Es una broma Rubén,no té enfades.
Hace como 10 o 12 años yo me dedicaba a buscar rutas nuevas con mi cabrita.
Disfruté mucho perdiendome por el monte intentando adivinar a donde coño desembocaria esa cabrona de pista. Mas de una vez ví que la niebla o la noche me harian pagar caro mi osadia pero siempre me salve in-extremis.
Se bueno.
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