Chema anda de vacaciones, así que esta mañana quedamos Rubén y yo a las ocho en la cafetería habitual. Pensábamos entre ir a Torrejón del Rey o a Daganzo, pero aprovechando que es final de verano y hace tiempo que no llueve, pensamos que podía ser de las últimas oportunidades del año para ir a Daganzo, ya que el rio Torote ahora apenas llevaría agua y en cuanto empiece a llover, la llevará.
Así que destino Daganzo. Pasamos por Camarma, hacemos el sube y baja que hay hacia Daganzo y primera sorpresa agradable: el rio Torote está totalmente seco. Es una maravilla eso de pasarlo sin tener que pararse, pero también se echa de menos un poco el pequeño descanso que supone pararse y darle cuatro vueltas al rio para ver por dónde lo pasamos.
Llegada a Daganzo donde el "semáforo rojo a más de 50" que hay a la entrada se nos puso rojo. Supongo que porque dos ciclistas algo separados engañan de alguna forma a los sensores, puesto que ibamos por debajo de 40.
Montado de panceta en Daganzo (vease foto) esta vez sin confusiones por parte de Rubén: "Montado sí, panceta no".
La vuelta sin novedad, cruzando el rio Torote, haciendo el sube y baja hasta Daganzo y un pequeño despiste en Camarmo, que nos perdimos, pero sin consecuencias graves. Estuvimos a punto de llamar a Pablo, que vive en Camarma, a ver si cogía la bici aunque sólo fuera para ir al bar y tomarse una panceta con nosotros (Pablo vive ahí mismo, en Camarma).
Total, que al no venir Chema, estábamos en Alcalá antes de las once y media. El cuenta kilómetros no lo pongo porque se me olvidó ponerlo a cero al salir y no tengo ni idea de qué distancia hemos hecho (unos 40 km, que es lo que ha marcado otras veces).
1 comentario:
Javier, menudos amigos que tengo. Os dije que con el tema del niño tenía un poco chungo eso de acompañaros con la bici pero no os dije nada de "no acompañaros con la panceta".
Cría cuervos y tendrás muchos.
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