Ayer se pasó casi todo el día chispeando, por lo que supuse que hoy estarían todos los caminos embarrados. Chema debió pensar lo mismo, puesto que no me ha llamado para ir con la bici.
Así que hoy, a pesar de ser Domingo, toca una carrerita de footing. Repetí el camino de ayer y es curioso. Me encontraba mejor que ayer, las pulsaciones se mantuvieron más de la mitad del camino sobre las 150. Al meterme en el camino del rio subieron rápidamente a 160, con lo que cada vez me reafirmo en la idea de que la humedad influye bastante. De todas formas, al verme animado, seguí con el ritmo, así que el último kilómetro llegue hasta las 170 pulsaciones.
El resultado ha sido descorazonador. Al verme más animado, supuse que el ritmo era más animado o, al menos, me lo parecía. Pero el cruel cronómetro no miente, tardé lo mismo que ayer segundo arriba, segundo abajo, 31'14"
Luego, en la plaza de la Juventud los acostumbrados estiramientos, el periódico y el desayuno en la cafetería. Por cierto, ayer y hoy he cambiado la cafetería habitual por otra. Es más tranquila, más barata, y la camarera argentina que hay en ella bastante más agradable que mi antiguo amigo camarero torpe, que se empeña en traerme "curasán" en vez de tostada, después de cerca de un año de pedir café y tostada todos los fines de semana. Siento lo de "curasán", pero soy "asturianu" y no tengo ni idea de cómo se escribe.
19 noviembre 2006
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