Esta mañana quedé con Chema y Rubén a las ocho y media en la cafetería, para salir con la bici. Sobre las nueve nos pusimos en marcha y fuímos en dirección a la Nueva Alcalá y hacia el parque natural para subir hacia el Ecce Homo.
Rubén, en el puente por encima del Henares, se dió un morrón. Subió un tranquillo que había un poco acelerado y muy paralelo a él, por lo que le resbaló la rueda y se cayó. Nada grave, un rasguño en la rodilla y una magulladura en el casco que afortunademente llevaba.
La subida al Ecce Homo sólo tiene cuatro cuestas, cortas, pero duras. La primera se hace bien, vas descansado y aunque es pendiente, no es demasiado larga. La segunda también se hace bien. La tercera ya por la falda del Ecce Homo, cuesta un montón, no es larga, pero sí muy pendiente. La última hay que dejar las bicis abajo y subir andando hasta la cima. Vamos, que casi ni se pueden subir arrastrando la bici y casi es escalada más que ciclismo. No sé qué distancia puede ser, puesto que no llevaba el relojillo de la bici, pero entre ida y vuelta no creo que llegue a 25 km.
En la foto el Ecce Homo desde el nuevo parque de la Isla, de Alcalá de Henares. La subida se hace por un camino que va por la parte de atrás de la foto.
12 noviembre 2006
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