Rubén y yo quedamos a las ocho en la cafetería no habitual, porque la habitual ya no abre los Domingos. Por supuesto, nos liamos y acabamos cada uno en una distinta, hasta que un toque de móvil arregló el asunto.
Chema no vino, hace demasiado frio para él. No era para tanto, -1ºC marcaba el termómetro, pero comparados con los -4ºC del día anterior, la temperatura era incluso agradable.
Fuera coña. La realidad es que fuimos a Guadalajara, pero no estoy muy seguro si las orejas, narices y dedos de los pies nos acompañaron o se quedaron por el camino. En un momento Rubén notó un guijarro danzando dentro del zapato, pero luego llegó a la conclusión de que debía ser el meñique. Lo de la foto es cuando pasamos sobre un charco ... ;-)
El bacon de Guadalajara y el café calentito nos supieron a gloria. Echamos una hora en ese bar, aunque sólo fuera para que los dedos de los pies volvieran a sentirse.
Luego vuelta a Alcalá. Por más que insistí, Rubén no quiso para en el bar de la Rumana, así que tomamos la penúltima en el bar de abajo de casa.
18 noviembre 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
El frío conserva.
¡Que bien haceis!
Las orejas y narices se arregla con un pasamontañas o similar, los dedos de los pies con unos cubrezapatillas se alivia. A mi lo que más me cuesta es no dejar en casa los dedos de las manos.
Se bueno.
¡¡¡¡Feliz cumpleaños!!!!
Con retraso
Publicar un comentario