29 diciembre 2007

Gijón no es lo que era

Esta mañana, sobre las ocho, he salido a correr. Sin embargo, he tenido problemas para encontrar un lugar adecuado.

Mi ruta habitual de la Casa del Mar a la escalera 11 es intransitable los sábados y domingos por la mañana. La zona de la escalerona y parte de la playa de Poniente suelen estar repletas de borrachuzos trasnochadores y, como todo borrachuzo trasnochador que se precie, se mete con el que va corriendo a esas horas de la mañana con unos pantalones a lo Errol Flynn -y si no lleva pantalones Errol Flynn, también-, así que paso de hacer ese recorrido.

Mi otra ruta habitual hacia la Campa de Torres tampoco es aconsajable un sábado y menos a esas horas de la mañana en que todavía es de noche. La Campa de Torres es una fábrica de gas y por esa estrecha carretera en día laborable, circulan arriba y abajo camiones enormes camiones cargados de botellas de butano. No tiene por qué pasar nada, pero tampoco es agradable correr por una carretera con tráfico pesado de camiones.

Así que decidí ir, aunque sea un poco aburrido, a dar vueltas por el parque del Lauredal. Pero tampoco. Como la bonita zona de Jove la están destrozando plantando una urbanización encima, tienen que hacer carreteras de acceso en condiciones, así que se han cargado todo un lateral del parque para ampliar la carretera. Entre las obras y que el parque está poco iluminado, es el lugar ideal para torcerse un tobillo.

La carrera esta mañana a consistido en una media hora, entre la zona de Jove, el parque ese, la carretera de la Campa y las calles de Gijón. O sea, media hora por un sitio nada agradable. Al menos la carrera se ha dado bien. He corrido con ganas y no me he cansado excesivamente.

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