28 junio 2009

Daganzo

Creo que Chema se ha ido de vacaciones, así que quedamos Rubén y yo, teóricamente en la cafetería habitual, pero esta vez Rubén fue tan puntual (y yo me retrasé un par de minutos) que coincidimos saliendo del portal (su portal está enfrente del mio).

Como ya va siendo verano, pensamos que el río Torote no llevaría mucha agua y que tampoco tiene importancia, en un momento dado y con este calor, mojarse un poco los pies. Así que nos pusimos camino a Daganzo. Nos pusimos en marcha sobre las ocho y media.

La ida sin problemas, a Camarma, subida de la cuesta y la infernal bajada hasta el río Torote, cada vez con más piedras y más peligrosa. El rio llevaba agua, pero alguien siguió el ejemplo de Rubén de hace tiempo, que puso un enorme mojón en medio del arroyo, por un lateral. Ahora hay un camino perfecto de enormes mojones y piedras, por el que se puede pasar de pie, con la bici al lado, sin mojarse en absoluto y con bastante seguridad (las piedras son gordas y no se mueven al pisarlas).

Después del Torote, el camino es ligera cuesta arriba y con mucha arena, como de playa, así que nos costó bastante el pedaleo.

En Daganzo, café y panceta en el mesón de la Polvorilla.

La vuelta, perezosa y con calma. Se hizo muy mala la subida después del Torote, porque entre que es larga, pendiente y esta llena de piedras, la rueda de atrás resbalaba en cuanto hacías un poco de fuerza con el pedal. Llegada a Alcalá sobre las once y media.

El cuentakilómetros: 34.95 km, 16.4 km/h de media, 38.9 km/h de máximo, 421.8 calorías en 2h y 7 minutos de pedaleo y un total de 2312.9 km con la bici.

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