11 octubre 2009

Daganzo

A Chema le ha tocado trabajar el puente, así que quedamos Rubén a las ocho y diez y yo a las ocho en punto en la cafetería habitual. Esta vez, viendo los deseos de ir a Danganzo del fin de semana pasado, decidimos ir a Daganzo.

Nos pusimos en camino y sin novedad. Al llegar al Torote, lleno de agua como siempre, pasamos de pie por el camino de piedras que la gente ha ido haciendo y del cual Rubén puso la primera piedra y la más pesada. Nada más pasar llegaron seis o siete ciclistas, uniformados ellos con "algo" de la universidad de Alcalá y pasaron el rio y el charco que había después sin bajarse de la bici. Por supuesto, viendo lo fácil que lo hacían parecer, nos quedamos con impresión de ser unos patos.

En Daganzo, nuestro café y panceta habituales. A la vuelta, perros, perros, volvimos despacito despacito, hasta Rubén se me adelantaba cuesta arriba y todo. Llegamos a Alcalá sobre las once y cinco de la mañana.

El cuentakilómtros: 35 km, 15.6 km/h de media, 38.9 km/h de máxima, 409 calorías gastadas, 2 horas 14 minutos de pedaleo y un total de 2561 km con la bici.

1 comentario:

somache dijo...

La mini carrera del día anterior, te ha pasado factura. ja,ja,ja...