18 octubre 2009

Marchamalo

Esta mañana quedamos: yo a las ocho, Rubén a las ocho y cinco, Chema a las ocho y diez, en la cafetería habitual. Tras el café de turno, salimos en dirección Marchamalo, Rubén con el amortiguador trasero sin el aceite y dando botes sobre el sillín.

La ida sin novedad, camino de la Magdalena, polígono de Azuqueca, Azuqueca, Alovera y carretera a Marchamalo. Eso sí, a las diez y diez estabamos en el bar de Marchamalo tomando el montado de panceta.

La vuelta, también rápida y sin novedad, salvo que Rubén, a cinco kilómetros de Alcalá, decidió tirar a la izquierda por el puente que lleva a Los Santos de la Humosa. Se ve que le pareció poco nuestro recorrido de 60 km y tenía ganas de hacerse sus 90, cuesta arriba.

Al llegar a Alcalá coincidimos con la marcha ciclista que se hace todos los años para pedir el carril bici. El lunes llevo la bici al de la tienda, básicamente porque la rueda de delante ha dejado de ser redonda por algún misterio de la ciencia y de los baches del camino. ¿algún radio roto? ¿algún golpe en la yanta? Quién sabe, con tanto barro sobre la bici, el defecto es insondable y mejor dejárselo a un experto.

Cuentakilómetros: 57.9 km, a 20.5 km/h de media, 43 km/h de máxima, 840 calorías gastadas en 2h 48m de pedaleo, y 2619 km totales con la bici.

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