Al final ayer domingo subí con la bici a los Santos de la Humosa.
Se nota que llevaba tiempo sin coger la bici, puesto que me costó bastante más de lo normal el último trozo de cuesta, uno muy pendiente justo al final. Bueno, en realidad si había cogido la bici hace un par de Domingos, pero fue para una especie de paseo por el Parque Natural, evitando las cuestas más pesadas.
En la primera cuesta de la subida a los Santos, justo al final, cuando estaba llegando con la lengua fuera y muy despacito, me pasaron otros dos ciclistas que acababan de subir. Iban a mucha más velocidad que yo y apenas se les veía resoplar. Cuando pasan estas cosas, es cuando uno se pregunta hasta qué punto es cosa de tener una bici buena, la de ellos era mucho mejor que la mía, o es cuestión de tener buenas piernas. Supongo que un poco de las dos cosas es importante.
Hoy Lunes empiezo el trabajo y de momento, también la pereza. Aquí estoy, escribiendo esto, en vez de haber ido a correr o hacer algo. A ver si mañana soy capaz de ir a correr a las intempestivas 6 de la mañana.
17 abril 2006
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