18 marzo 2007
A los Santos
Esta mañana quedamos sobre las nueve Chema, Ruben y yo. Pablo anda perdido por las Américas durante un par de fines de semana. Estrenamos la cafetería habitual que después de un mes de reformas por fin ha abierto nuevamente. De hecho, nos invitaron a los cafés con motivo de la inauguración.
Salimos despacio (como no venía Pablo no hacía falta correr) en dirección a los Santos de la Humosa. La subida me la tomé con mucha, mucha calma. Estaba un poco perezoso y sin ganas de esforzarme. Habitualmente suelo ser el primero o segundo en llegar arriba, pero esta vez Chema y Rubén me sacaron un buen trecho y estuvieron esperándome en la fuente de los Santos.
Luego seguimos camino hacia Anchuelo, donde nos esperaba nuestro montadito de bacon. Ultimamente los están haciendo un poco pequeños, no sé si porque de una barra de pan sacan todos los montados que les pidas. Si somos dos, te dan montados de media barra, si somos tres de a tercio de barra, si somos cuatro ni para el primer diente.
Hacia el parque natural, bajada y listo. En total unas tres horas para los treinta y tantos kilómetros.
Se nota el buen tiempo. Lo del parque natural parecía la calle mayor por la tarde. Bicis arriba, abajo, gente caminando, con niños. Nos dejó asombrados uno en la parte alta del parque natural, donde la barrera, que subía a toda leche y sin descansar, subió un camino empinadisimo hacia su izquierda según sube nada más pasar la barrera. Ese camino no va a ningún lado, así que empinadísimo y todo lo volvió a bajar y se subió por el de la derecha, que lleva nuevamente al parque natural ... tras dos paredes verticales. Cuando sea mayor quiero ser como él...
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