Esta mañana salí a las ocho y pico a correr. A pesar de mi baja forma, la media hora habitual de los sábados se me hizo corta y liviana. Volví a los viejos tiempos en que era capaz de correr totalmente abstraído de la carrera, pensando en mis cosas.
Parece que no, pero si no piensas en la carrera y estás pensando en otro tema (trabajo, familia, la película que vas a ver en el cine por la tarde o lo que sea), el cansancio no se siente. Eres capaz de correr por inercia.
Esta mañana lo conseguí. La pena es que lo conseguí pensando en el trabajo. Tengo un pequeño nuevo reto interesante que me hace darle vueltas a la cabeza, así que corrí pensando en ello y no tengo ni idea de cómo fueron las pulsaciones, ni si me sentí cansado o no mientras corría. Sólo se que empecé a correr y cuando llegué a la meta había pasado media hora.
El recorrido el habitual de estos sábados, en 31'18" y de las pulsaciones ni p--- idea, porque creo que no miré el pulsómetro ni una vez.
Por cierto, la nueva cafetería a la que voy ahora, creo que la tacho de la lista. Subieron el precio hace poco. Poco después dejaron de servir en las mesas y me hace la impresión de que han vuelto a subir el precio (todo desde Navidades hasta aquí). Lo de las camareras a gritos "¡tu café, chico!" desde la barra no me ha hecho ninguna gracia.
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