Esta mañana no llovía, sólo tiempo inestable. Salí a correr sobre las ocho y como todo tiempo inestable que se precie, empezó a llover justo cuando pisé la calle.
Empecé a correr y cuanto más corría, más llovía. A los ocho minutos decidí dejarlo para no empapucharme y fue parar y dejar de llover. No se puede luchar contra las inclemencias del tiempo, así que al periódico y a desayunar.
La cruda realidad es que no llovía tanto, pero tampoco me apetecía demasiado la carrera. Durante esos ocho minutos me fuí obligando a correr y no dejarlo, ya que la lluvia era fina y no molestaba en exceso.
El paseo matutino también corto, por la lluvia y el frio. Sólo hasta la Plaza de Cervantes.
06 abril 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario