Marchamalo

Chema trabajaba, así que quedamos Rubén y yo a las ocho de la mañana en la cafetería habitual. A Rubén le costó reconocer mi bici, ya que entre semana la había llevado a revisar a Bicialcalá, y además de revisarla, me la dejaron limpia y reluciente: ¡¡ Resulta que es azul por debajo del barro!! Me cambió las zapatas del freno y ¡¡Resulta que las palancas del manillar son los frenos y no el embrague. Y yo que le daba a la palanca cada vez que cambiaba de marchas !!.

Sabiendo que habría bastante barro, dudamos entre ir a Arganda (todo carretera) o ir hacia Marchamalo, que aunque hay trozos de camino que pueden tener bastante barro, también hay bastante de carretera (Polígono de Azuqueca, Azuqueca, Alovera, etc). Al final nos decidimos por Marchamalo.

La ida se nos hizo bastante cuesta arriba, a pesar de ser llano, ya que el viento en contra era bastante fuerte y el barrillo de los caminos frenaba la bici. Desde Alovera fuimos hasta Marchamalo totalmente por carretera, ya que hubo un trozo que nos metimos por un camino paralelo a la carretera y era bastante difícil avanzar, con las ruedas clavándose en el barro.

En Marchamalo hubo doble equivocación: por un lado, Rubén se equivocó y pidió bocata de panceta en vez de montado. Por otro lado, yo también me equivoqué y NO le corregí ;-) , así que gracias al doble equívoco, nos tomamos un bocata de panceta en vez de un montado.

La vuelta la hicimos en un pis-pas. Ligera cuesta abajo, por carretera casi todo el rato y viento a favor, en una hora y diez minutos estabamos de vuelta en Alcalá (eso implica una media de casi 30 km/h a la vuelta).

El cuenta kilómetros: 57.26 km, a 20.2 km/h de media, velocidad máxima de 49.6 km/h, 906 calorías gastadas, 2 horas y 49 minutos de pedaleo. La distancia total recorrida con la bici 2038 km.