Esta vez la carrerita ha sido un Viernes. No es porque haya recuperado mi buena costumbre de salir a las seis, antes de ir a trabajar. El motivo es que después de tres semanas perdido por culpa del trabajo en el monte, haciendo jornadas de casi trece horas seguidas, por fin hemos terminado. Este Viernes, al igual que casi todos mis compañeros, hemos decidido tomárnoslo libre.
Salí a las siete y cuarto a hacer el camino habitual. La verdad, es que al ser día laborable, se nota mucho más el tráfico y se hace menos agradable el trozo de carrera por las aceras.
La carrera bien, no me sentí especialmente cansado, a pesar de hacer quince días que no hago nada. Luego los estiramientos y el desayuno con periódico. Esta vez prescindí del paseo hasta el parque O'Donnell precisamente por lo comentado antes, al ser día laborable, se hace menos agradable dicho paseo, entre mucho tráfico y gente arriba y abajo, a pesar de lo temprano de la hora.
20 julio 2007
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