Ayer me llamó Pablo que no iba a salir hoy en bicicleta, de hecho, la deja colgada hasta la vuelta de vacaciones. Rubén y Chema no dieron señales de vida -quizás se han ido al pueblo-. Así que me he encontrado yo solo.
Como ya comenté, llevo toda la semana perdido por el monte, por caminos de cabras y en medio de la nada, así que tampoco tenía muchas ganas de ir yo solo el Domingo, con la bici, al monte, por caminos de cabras y en medio de la nada. Tampoco salí con la bicicleta.
Salí pasadas las siete y media a correr. Hice el recorrido habitual hasta la plaza de la Juventud, Avenida Virgen del Val, calle Cuenca hasta el final, a la derecha y coger el camino del río, nuevamente hasta la Plaza de la Juventud. Allí mis estiramientos, esta vez sudoroso y embadurnado de anti-mosquitos, por lo que creo que he salido ileso de picaduras.
Luego a la compra del periódico, a desayunar y el paseo hasta el parque O'Donell, con ida y vuelta.
Este Lunes me libro de ir al monte en el trabajo, pero creo que el resto de los cuatro días siguientes -martes a Viernes- volverá a tocarme, con madrugón incluido -hay que estar a las siete y media allí y está a una hora de coche desde mi casa-. Espero, de todas formas, poder hacer algo el Lunes de ir a correr...
08 julio 2007
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1 comentario:
No te envidio nada los madrugones pero ver el monte a diario es muy relajante y reconfortante aunque sea por trabajo.
Se Bueno.
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