Este sábado salí sobre las ocho y cuarto de la mañana, para hacer mi carrera rutinaria por el camino rutinario. Nada especial que destacar, salvo que como estos días atrás estaba un poco fresco, salí con chandal. A los cinco minutos de correr no estaba tan fresco y me sobró el chandal todo el camino.
En el parque de los estiramientos, al menos esta vez, entre los restos de botellón no había borrachos vivos, así que pude hacerlos a gusto, mientras veía al barrendero de turno trabajando a tope.
Luego el desayuno con periódico y el paseo al parque O'Donell. Durante el paseo también me sobró el chandal. Estamos en ese tiempo estúpido que con camiseta tienes frio, pero con chandal pasas calor, sobre todo si vas a hacer ejercicio, en el que los tiempos de estar parado necesitas chandal, pero mientras haces el ejercicio te sobra hasta la camiseta.
29 septiembre 2007
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