Marcha ciclista por el carril bici

Esta mañana, a las once, salía de la Plaza de Cervantes una marcha ciclista para reivindicar que pongan ya los carriles bici y para fomentar el uso de la bicicleta.

Fuí con mi hija de 10 años e hicimos el recorrido, de unos 8 kilómetros. La marcha bien, aunque algo desorganizada. A los cuatro semáforos el grupo de ciclistas quedó muy disperso y en algún momento incluso sin saber qué camino seguir. Supuestamente la policia debía ir con nosotros, y supongo que lo hacía, pero yo iba más o menos en medio y no los vi. A lo mejor iban delante del todo, o detrás del todo, o en los dos lados, pero con una "pelotón" tan disperso, ni se les veía.

En las rotondas "peligrosas" si había alguien de la organización, controlando el paso de los ciclistas y haciendo frenar a los coches con el truco de dedicarse a dar vueltas a la rotonda despacio, mientras pasaban los ciclistas.

No sé si servirá de algo, pero al menos hemos pasado un rato entretenido molestando a los coches, que por una vez no pasa nada.

Por la tarde un tute de balón con mi hija. Lo menos dos horas dando patadas arriba y abajo. Además, ya se sabe lo que pasa cuando se juega con niños. Pasas más tiempo yendo por la pelota que jugando.

Carrera normalita

Esta vez salí algo antes de las ocho, ya va siendo de día muy prontito.

La carrera fue la habitual y aunque sigo sin estar en forma, como me entretuve pensando en cosas de la página web, se pasó rápido y sin sentir. Tardé aproximadamente 31"50" y me lo tomé con bastante calma.

Nada especial que destarcar, aunque si lo hubiera habido, posiblemente tampoc me habría dado cuenta, de lo enfrascado que iba en mis cosas.

A los Santos

Esta mañana quedamos sobre las nueve Chema, Ruben y yo. Pablo anda perdido por las Américas durante un par de fines de semana. Estrenamos la cafetería habitual que después de un mes de reformas por fin ha abierto nuevamente. De hecho, nos invitaron a los cafés con motivo de la inauguración.

Salimos despacio (como no venía Pablo no hacía falta correr) en dirección a los Santos de la Humosa. La subida me la tomé con mucha, mucha calma. Estaba un poco perezoso y sin ganas de esforzarme. Habitualmente suelo ser el primero o segundo en llegar arriba, pero esta vez Chema y Rubén me sacaron un buen trecho y estuvieron esperándome en la fuente de los Santos.

Luego seguimos camino hacia Anchuelo, donde nos esperaba nuestro montadito de bacon. Ultimamente los están haciendo un poco pequeños, no sé si porque de una barra de pan sacan todos los montados que les pidas. Si somos dos, te dan montados de media barra, si somos tres de a tercio de barra, si somos cuatro ni para el primer diente.

Hacia el parque natural, bajada y listo. En total unas tres horas para los treinta y tantos kilómetros.

Se nota el buen tiempo. Lo del parque natural parecía la calle mayor por la tarde. Bicis arriba, abajo, gente caminando, con niños. Nos dejó asombrados uno en la parte alta del parque natural, donde la barrera, que subía a toda leche y sin descansar, subió un camino empinadisimo hacia su izquierda según sube nada más pasar la barrera. Ese camino no va a ningún lado, así que empinadísimo y todo lo volvió a bajar y se subió por el de la derecha, que lleva nuevamente al parque natural ... tras dos paredes verticales. Cuando sea mayor quiero ser como él...

Ni "Just do it" ni leches.

Después de la charla del "Just do it" del post anterior, nada de nada. No he hecho nada entre semana y he vuelto a ir a correr sólo hoy, sábado.

Salí sobre las ocho de la mañana. Me sentí cansado desde el principio, así que fuí a ritmo lento y tranquilo. Me puse en 160 pulsaciones pronto y las mantuve todo el camino. Al final hice el recorrido habitual en 31'59".

No sé como, pero tengo que quitarme de encima esta pereza y vaguería. Veo que cada sábado es peor.

Ruta de los pueblos a la viceinversa

Quedamos a las ocho y media en la churrería para hacer nuestro recorrido en bici de los Domingos. Yo tuve un pequeño percance, llamado "orden compulsivo de mi mujer". Le dio por ordenar el armario donde está mi bidón de agua ... y no lo encontré. Al final, salí sin bidón.

Quedamos Pablo, Ruben, Chema y yo. Después de nuestro café en la churrería, decidimos ir en dirección a Valdeavero. Atravesamos la complutense por la rotonda de la calle Avila, luego hacia el cuartel de los paracas, pegados a su muro, residencia de ancianos y dirección Camarma.

Antes de llegar a Camarma y después del cruce grande, doblamos a la derecha por un camino subiendo una pequeña cuesta y después de un rompepiernas a base de sube y baja, llegamos a la parte alta de Meco. Allí Pablo se sentía algo mal, así que cambiamos la ruta y decidimos ir a Villanueva a tomar el tentempie, "montado de panceta" pa los amigos.

En Meco hay una subida de pocos metros, quizás 10 o 20, pero muy, muy empinada. Aprovechando que Rubén no había ido nunca por ahí, le dijimos que había que subirla. Pablo se animó detrás de él. Ambos echaron el pie a tierra a mitad de la cuesta y subieron andando. Mientras, Chema y yo, más "experimentados" y conocedores del terreno, dimos un pequeño rodeo por un lateral, subiendo el mismo tramo pero sin apenas pendiente. El desgraciado de Pablo, al llegar arriba nos dice que sí, que era pendiente, pero que la próxima vez meterá el plato pequeño...

Desde ahí, después de cruzar una carretera y un riachuelo, llegamos a Villanueva. En un bar de un centro comercial tomamos los montados de panceta, cafés y demás. Tanto Pablo como yo íbamos sin bidón, así que un par de botellitas de agua para el camino. Son una maravilla los bolsillos gigantes de la parte de atrás del "mallot".

Al salir de allí Pablo ya se encontraba en condiciones. Se ve que el café de la churrería más el ritmo fuertecillo que metimos desde el principio, más el rompepiernas de antes de Meco, le había sentado mal. Decidimos seguir ruta a Quer, de allí por carretera a Alovera y finalmente a Azuqueca.

Saliendo de Azuqueca, en una rotonda grande que han hecho recientemente, doblamos a la izquierda y llegamos a un caminillo de tierra paralelo a la vía del tren y que nos lleva al polígono de Azuqueca.

Cruzamos la nacional y camino de la Magdalena hasta Alcalá. Treinta y tantos kilómetros, desde las nueve que salimos hasta las doce que llegamos. Tiempo al que hay que desontar los veinte o treinta minutos de panceta.

Sábado

Esta mañana salí sobre las ocho a correr. Seguí mi camino habitual de los sábados, 31'47" unos seis kilómetros. Las pulsaciones sobre las 160.

Esta vez, aunque sigo dándole vueltas a lo que comenté en el post anterior sobre el trabajo, no he conseguido "sofronizarme". Hice todo el recorrido sin demasiado esfuerzo, parte de él fuí pensando en lo del trabajo, pero otra parte sí estaba pensando en la carrera, en que tenía ganas de parar (más por pereza que por cansancio) y el desayuno que me esperaba.

Aunque todos los fines de semana, e incluso todos los días antes de acostarme, hago el firme propósito de empezar nuevamente a correr entre semana, por las mañanas tempranito, al final, por las mañanas tempranito, siempre pasa lo mismo ... "mejor lo dejo para mañana", pienso.

Esto me recuerda el lema de Nike "Just do it". Es el lema ideal a seguir para gente como yo, que quiere hacer deporte. Lo interpreto como un "no lo pienses, símplemente ¡hazlo!". Sí es cierto que las veces que consigo ir a correr por las mañanas entre semana es porque no lo pienso. Símplemente me levanto, me pongo el chandal y me voy a la calle.

Siempre hay miles de motivos para no ir a correr (estoy cansado, hace frio, no me apetece) y sólo hay uno para hacerlo (la salud). Esto hace que el "lo dejo para mañana" siempre sea plausible, incluso mañana, y pasado ... y al otro. Por ello, "Just do it" es el lema ideal y el ejemplo a seguir.

La ruta de los pueblos

Esta mañana quedamos a las ocho y media en la churrería para salir con la bici. Hicimos lo que yo llamo la ruta de los pueblos, porque en algo más de treinta kilómetros pasamos por cinco pueblos sin contar Alacalá de Henares.

Por la parte de atrás de Alcampo, camino de la Magdalena hasta "La Hacienda". Allí cruzamos la nacional y por el polígono de Azuqueca hasta Azuqueca de Heranes (primer pueblo).

Atravesamos Azuqueca y por el maravilloso carril bici que entre los de Azuqueca y los de Alovera nos han hecho, llegamos a Alovera (segundo pueblo). Digo maravilloso porque lo han hecho en tres trozos, cada trozo a un lado de la carretera. Se puede ir de Azuqueca a Alovera por carril bici... cruzando dos veces la carretera.

En Alovera montadito de panceta en un bar de la plaza del pueblo. De allí, por carretera, a Quer (tercer pueblo). Bajamos a Quer y al llegar a la iglesia doblamos a la izquierda, para subir una cuesta corta pero empinadilla. Por cierto, nos van a hacer una autopista en esa cuesta, porque ya ha metido las narices una constructora y en ese pueblecillo de cuatro habitantes y el gato harán una urbanización de tres mil chalets o más.

Una vez en la parte alta de la cuesta, un camino recto nos lleva a Villanueva de la Torre (cuarto pueblo). Atravesamos Villanueva de frente, salimos por el otro lado y un nuevo camino recto y en pendiente hacia abajo nos lleva a Meco (el quinto pueblo).

Bordeamos Meco por el lado izquierdo del pueblo según llegamos a él, por una calle larga, ancha y sin mucho tráfico, que nos lleva a la rotonda de la carretera hacia Alcalá de Henares. En ese rotonda seguimos de frente y tras pasar una urbanización más que están haciendo (¿es posible que haya tanta gente que compre chalets en pueblos perdidos?), nos metemos por un camino de tierra que nos acaba llevando a Alcalá, donde la residencia de Ancianos.

Total, algo más de treinta kilómetros, en unas tres horas de las que debemos descontar el descanso de la Panceta.

Nuevamente Rubén medio kilómetro por delante de mí todo el camino y Chema medio kiĺómetro por detrás de mí todo el camino. Yo, en medio, hago de contacto visual entre ellos, para no perdernos.

"Sofronizado"

Esta mañana salí a las ocho y pico a correr. A pesar de mi baja forma, la media hora habitual de los sábados se me hizo corta y liviana. Volví a los viejos tiempos en que era capaz de correr totalmente abstraído de la carrera, pensando en mis cosas.

Parece que no, pero si no piensas en la carrera y estás pensando en otro tema (trabajo, familia, la película que vas a ver en el cine por la tarde o lo que sea), el cansancio no se siente. Eres capaz de correr por inercia.

Esta mañana lo conseguí. La pena es que lo conseguí pensando en el trabajo. Tengo un pequeño nuevo reto interesante que me hace darle vueltas a la cabeza, así que corrí pensando en ello y no tengo ni idea de cómo fueron las pulsaciones, ni si me sentí cansado o no mientras corría. Sólo se que empecé a correr y cuando llegué a la meta había pasado media hora.

El recorrido el habitual de estos sábados, en 31'18" y de las pulsaciones ni p--- idea, porque creo que no miré el pulsómetro ni una vez.

Por cierto, la nueva cafetería a la que voy ahora, creo que la tacho de la lista. Subieron el precio hace poco. Poco después dejaron de servir en las mesas y me hace la impresión de que han vuelto a subir el precio (todo desde Navidades hasta aquí). Lo de las camareras a gritos "¡tu café, chico!" desde la barra no me ha hecho ninguna gracia.