Salimos en dirección Guadalajara y esta vez el camino fue bastante agradable. Había algo de viento y no hacía demasiado frío, aunque a esas horas se agradecía estar al sol más que a la sombra.
En la rotonda donde uno decide si ir a Guadalajara o a Marchamalo, Rubén, que había ido delante todo el camino, se paró para ver si cambiabamos de idea. Justo un poco antes Chema me había comentado la posibilidad de ir a Marchamalo por carretera, ya que a Guadalajara hay camino, que podía estar algo embarrado y además hay obras y no tenemos muy claro cómo llegar (siempre nos perdemos y acabamos dando vueltas). Así que al llegar a la rotonda donde Rubén esperaba, seguimos en dirección Marchamalo.
Allí la panceta de rigor, aunque Rubén se entretuvo un rato apretando los piñones, que corrían riesgo de soltarse.
La vuelta en un pis pas, con el viento a favor y ligera cuesta abajo.
2 comentarios:
Que bueno.
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