Hace tiempo tenía una costumbre: Me caía de la cama sobre las cinco de la mañana, según me levantaba iba, lo primero de todo, a prepararme un café. Mientras me lo tomaba, me sentaba al ordenador para hacer cosillas en mi página web. Terminado el café o lo que estuviera haciendo con el ordenador, me ponía la ropa de correr y salía sobre las seis de la mañana a correr.
Hace un par de años perdí la primera costumbre y con ella, las demás. Dejé de tomarme el café nada más levantarme, me sentaba al ordenador y cuando me cansaba, me daba la pereza y me volvía a la cama hasta la hora de ir al trabajo.
Hoy, después de casi dos años, he recuperado la primera costumbre, la del café a primera hora, y lo demás ha seguido solo. A las seis y diez he salido a correr, una media horita escasa. He seguido mi antiguo camino por los chalets: Lope de Figueroa, Avda Virgen del Val, Avenida de León, Calle Cuenca, nuevamente Calle Avila y Lope de Figueroa hasta el parque de los bomberos. Allí hice mis estiramientos y a casa.
En total entre 20 ó 25 minutos, calculo que entre cuatro y cinco kilómetros. A ver si consigo seguir con el café mañanero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario