Los Santos y Anchuelo.

Este fin de semana Chema no podía venir ni Sábado ni Domingo a correr. A Rubén le venía mejor hoy sábado, ya que esta noche tiene cena en Zaragoza, así que quedamos él y yo en la cafetería de los sábados a las ocho de la mañana. Fue puntual y no nos entretuvimos mucho, así que sobre las ocho y veinte estabamos en camino.

Salimos por el camino de la Esgaravita, por la parte de atrás del Leroy Merlín y hacia los Santos. Se nota el buen tiempo, porque incluso a esas horas ya había algunos corredores y ciclistas. No hicimos ninguna parada hasta llegar a la fuente de la Plaza de Toros de los Santos de la Humosa.

Tras dos minutillos escasos de descanso para tomar agua, seguimos hacia Anchuelo. Al no venir Chema, nos dejamos de mariconadas y subimos a la parte alta de los Santos por el camino directo, en vez de callejear y dar rodeos para evitar la última cuesta de tierra mala.

En la bajada hacia Anchuelo hubo un ciclista que nos pasó a toda leche. No me extraña que luego haya accidentes. No ya por bajar deprisa por un camino en no muy buenas condiciones, sino porque pasó por nuestro lado como una exhalación. Si justo en ese momento nos da por echarnos a un lado para esquivar un bache o una piedra, nos arrolla.

Llegamos a Anchuelo sobre las nueve y media. Pedimos nuestro café y nuestro montado de bacon y al igual que la otra vez, el señor cogió su bolsa para el pan y se fue a la panadería. Tenemos la mala costumbre de llegar a los sitios antes de que venga el pan. Como sigamos así, llegaremos antes de que maten el cerdo y no tendrán ni panceta ni bacon.

La vuelta por el parque natural sin novedad, Rubén un poco delante de mí, pero a una distancia adecuada para no dejarme muy atrás. Llegamos a Alcalá a las once.

El cuentakilómetros: 29.6 km, 15.3 km/h de media, 41.7 km/h de máxima, 378 calorías gastadas en 1 hora y 55 minutos de pedaleo.